Espejos de probadores frente a espejos domésticos
En Uraldi queremos compartir un asunto muy interesante que regularmente salta a la actualidad y al que casi todas las personas estamos expuestas. Hablamos de los espejos cóncavos y convexos y de la diferencia entre los espejos de los probadores y los espejos domésticos.
Quién más, quien menos, todas las personas hemos experimentado esa extraña sensación de sentirnos diferentes cuando nos miramos en nuestro espejo de casa con una nueva prenda, frente a cómo nos habíamos visto en el probador del establecimiento donde la habíamos elegido y adquirido. Esto te resulta familiar, ¿verdad? Si quieres saber más, sigue leyendo.
Factores que influyen en la percepción de la imagen
Lo primero que debemos saber es que esa supuesta diferencia no es fruto de nuestra imaginación, sino que tiene su explicación. En efecto, los establecimientos, y principalmente algunas de las grandes marcas, juegan con varios elementos para crear un escenario especial que difiere mucho del que posteriormente tenemos en nuestra vivienda.
El comercio minorista utiliza estrategias y técnicas muy bien estudiadas para orientar nuestro proceso de compra, en función del tipo de producto y su segmento, y quizás en ningún punto confluyen tantas de estas como en el propio probador. En este punto, entran en juego múltiples factores que abarcan desde las propias dimensiones del probador, las cortinas frente a puertas, los colores y tonos de sus paredes, el color y el tipo de luz (más calidad, más fría, etc.) así como por supuesto el elemento que nos devuelve nuestra imagen: ¡el espejo! Independientemente de su ubicación.
Todos estos factores hacen que la imagen proyectada en el probador no siempre sea todo lo fiel a la realidad que queremos. De este modo, las diferencias que pueden existir incluso entre probadores de diferentes cadenas pueden ser espectaculares.
Espejos de probadores
Aquí existen 2 elementos clave. Por un lado, y aunque depende de cada cadena, habitualmente no existen demasiados espejos en las zonas comunes, de modo que el cliente tiene que acudir a los probadores, que es donde además de los propios espejos, se concentra una mejor iluminación. Por otro, una diferencia clave en la que quizás no hayáis reparado, es la existencia de probadores con o sin espejo.
En las cadenas generalistas, la norma es que haya un espejo en el propio probador, y que la experiencia de análisis y decisión sea más propia e íntima, y también más acelerada. Aquí entran también en juego las cortinas, que nos restan privacidad y que nos hacen vestirnos de forma más acelerada. En cambio, en ciertos establecimientos de segmento premium, no es extraño que el probador no tenga espejo propio, de modo que el cliente tiene que salir con la prenda a un espacio común en donde sí están situados los espejos, y en el que el equipo de venta del establecimiento puede interactuar con el cliente para “orientarle”. Por tanto, ese momento privado se convierte irremediablemente en público.
En todo caso, independientemente de su ubicación, los responsables de las empresas combinan también otros elementos de los espejos que pueden alterarse para que jueguen a su favor. Así, por ejemplo, se pueden combinar desde el propio grosor del vidrio plateado de los espejos, la graduación de cóncavos y convexos, e incluso el propio grado de inclinación con el que se instalen.
En cuanto al grosor, los espejos más finos, que son los que habitualmente se utilizan para espejos de retail, tienen una calidad de reflejo menor. Esto puede ayudar a que nuestros rasgos y los detalles del vestuario no se aprecien con la debida nitidez. Igualmente, el juego de los cóncavos y convexos, combinado con la mayor o menor estrechez del espejo y con su inclinación, pueden generar reflejos de nuestra silueta y altura que no son del todo reales.
En Uraldi nos viene a la cabeza las salas de espejos mágicos de los parques de atracciones, en donde vemos nuestra imagen distorsionada, precisamente gracias a espejos exageradamente cóncavos o convexos. El caso de los probadores es más limitado, naturalmente, pero el principio físico es el mismo.
Espejos domésticos
Lógicamente, los espejos domésticos son diferentes. Se trata de espejos perfectamente lisos, instalados sin inclinación y que, en función de los grados de calidad, dan un reflejo real y fiel de las personas. El elemento en el que nos tenemos que fijar, y que marca la diferencia en cuanto a calidad de reflejo, es el grosor del vidrio.